Noviembre 11, 2024
La erosión es un proceso en el que se va perdiendo la capa superficial del suelo, que proporciona a las plantas la mayoría de los nutrientes y el agua que necesitan, lo que deriva una grave amenaza a escala mundial para la sostenibilidad de los ecosistemas agrícolas y la productividad de la tierra. La erosión también deteriora la calidad del agua y la biota acuática, debido a que la lluvia transporta el suelo degradado hasta ríos, lagos y ecosistemas marinos-costeros, puede acumularse y presentar brotes de algas debido a los nutrientes que transporta. En los cuerpos de agua, los sedimentos pueden depositarse en grandes cantidades, incrementar la turbidez y reducir la visibilidad dentro del agua, lo cual puede ser mortal para la flora y nocivo para la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos en general.
Dado que los procesos de recuperación del suelo pueden tomar decenios, es necesario estudiar y controlar la erosión. Estos estudios pueden realizarse mediante la aplicación de técnicas nucleares o isotópicas, como el análisis de los radionucleidos procedentes de precipitaciones radiactivas (FRN) o el de los isótopos estables por compuesto (CSSI) para determinar la magnitud y las fuentes de erosión del suelo. Los resultados proporcionan información sobre los procesos de pérdida y redistribución en un área determinada a corto, medio y largo plazo.
En nuestro país, mediante la cooperación técnica del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la UNAN-Managua a través del Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos (CIRA) es la única institución nacional que emplea técnicas analíticas nucleares que permiten la aplicación de métodos sensibles y precisos para evaluar la erosión. Particularmente, mediante el estudio de la redistribución de los FRN, los expertos pueden cuantificar cuánto suelo se ha movido de un lugar a otro, existen pequeñas concentraciones de FRN en todo el mundo, el más común de ellos es el Cesio 137 (137Cs). La concentración de 137Cs disminuye en los lugares en los que la capa superficial del suelo se ha perdido (erosión) y aumenta en los lugares en los que se ha acumulado ese suelo desplazado (deposición); sobre la base de los resultados de dichas investigaciones se pueden ejecutar medidas de conservación del suelo.
En el CIRA, el Laboratorio de Radioquímica Ambiental (RQA) cuenta con capacidades analíticas y equipamiento para estimar la erosión y depósito en perfiles de suelos de unidades hidrográficas mediante el empleo de la técnica de 137Cs. La experiencia desarrollada a través de la cooperación técnica del OIEA ha fortalecido capacidades en el personal sobre la implementación del radioisótopo ambiental 137Cs como técnica alternativa que complementa los métodos existentes para estimar erosión en suelos, entre otras técnicas nucleares para la aplicación en estudios ambientales (14C, 210Pb y CSSI) e hidrología isotópica (18O y 2H).
Desde 2010, se han desarrollado Proyectos Nacionales de Cooperación Técnica como el NIC/8/012 “Aplicación de Técnicas Nucleares en el Plan de Gestión de la Cuenca 69 de los Grandes Lagos de Nicaragua”, implementando por primera vez en Nicaragua la técnica nuclear 137Cs., este estudio se realizó en la parte baja de la unidad hidrográfica del río Mayales, cuyos resultados revelaron la mayor pérdida de suelo por erosión en el margen izquierdo del río. Posteriormente, a través del Proyecto Nacional de Cooperación Técnica NIC 5009 se estimó la erosión y redistribución en los suelos de la unidad hidrográfica del río Ochomogo con base en los diferentes cultivos que se desarrollan en la zona, identificando el maíz como el cultivo que provoca mayor pérdida de suelo (erosión condicionada por uso y tipo de suelo).
De gran relevancia para el país fue el estudio que se llevó a cabo para la Empresa Nicaragüense de Electricidad (ENEL) en las unidades hidrográficas del río San Gabriel y río Jigüina del embalse Apanás – Asturias, donde los resultados de perfiles de suelos mostraron que el margen derecho del río San Gabriel es el sector más afectado por la erosión. Los resultados del estudio realizado en un cuerpo de agua emblemático para la ciudad de Managua, laguna de Tiscapa, no evidenciaron pérdida considerable de suelo, sin embargo, constituyen una señal de alerta de la magnitud de los procesos erosivos con respecto a la aplicación de prácticas de conservación de suelo en la unidad geográfica de laguna.