Para José Medina, las circunstancias no han sido motivo para dejar de luchar por sus aspiraciones

Abril 10, 2025

Mi mayor motivación es responder al esfuerzo de mi padre, quien ya no está a mi lado, pero que siempre estuvo para apoyarme»

Con mucho entusiasmo por culminar su carrera y honrar la memoria de su padre, a quien recuerda con amor, José David Medina Peña cursa en este 2025 el quinto año de la carrera de Ingeniería Ambiental, correspondiendo al esfuerzo de quien hoy ya no se encuentra físicamente, pero que siempre llevará en su corazón materializando sus consejos de luchar por los sueños, en particular en el ámbito profesional como algo esencial para la vida.

El estudiante, originario de Jinotepe, Carazo, a sus cinco años sufrió la pérdida de su mamá, desde entonces quedó a cargo del cuido paterno. A pesar de las situaciones enfrentadas desde su niñez, el joven decidió no darse por vencido. En 2021, ingresó a la UNAN-Managua, motivado por la idea de aportar soluciones a los desafíos medioambientales y generar conciencia sobre el cuido y protección de los recursos naturales desde su profesión. 

Inicialmente estudió, por más de dos años, Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), pero consideró que su verdadera pasión era el cuido del medioambiente, decisión que, con comprensión y mucho amor, su padre apoyó. «Conversé con mi padre, le manifesté que me quería cambiar de carrera, porque me di cuenta de que no era realmente en lo que yo quería aportar al mundo, al final de cuentas nuestro trabajo es eso que haremos el resto de la vida y que mejor que hacer algo que te haga sentir pleno y satisfecho», expresa.

En el segundo año de estudio, solicitó beca académica con la que ha contado los últimos cuatro años, que le permite sufragar parte de los gastos de movilización, pues a lo largo de su carrera, se ha tenido que trasladar los cinco días al recinto central en Managua, donde recibe sus clases. Actualmente, realiza sus prácticas pre profesionales en el Laboratorio de Radioquímica Ambiental del Centro de Investigación de Recursos Acuáticos (CIRA), espacio al que decidió incorporarse como resultado del trabajo conjunto entre este Centro y del Departamento de Biología que unieron esfuerzos para motivar a los estudiantes a ser parte de los proyectos que ejecuta el Centro. 

A pesar de que su experiencia en el Laboratorio recién comienza, el joven expresa sentirse agradecido por la oportunidad de aprender de primera mano los quehaceres de un ingeniero ambiental y aprecia el acompañamiento que ha recibido de los miembros del laboratorio y de todo el Centro en general. 

Le emociona, especialmente, la oportunidad de ser parte del trabajo de campo en el marco de un proyecto regional en el que participa el CIRA, donde se están realizando muestreos de suelo en comunidades del municipio de Telica, León, con la finalidad de evaluar la contaminación por metales pesados. «No tenía idea del trabajo que se realiza desde aquí en materia de suelo y sedimentos, y me impresiona conocer las capacidades analíticas del CIRA y, aún más me impresiona la apertura del CIRA para con los estudiantes de carreras afines a los recursos naturales.

«Es un honor poder aprender en uno de los centros de investigación más prestigiosos del país y enterarme de lo que se está haciendo en pro de la preservación de nuestros recursos, así como relacionarme con los pobladores las comunidades y conocer sus realidades», manifiesta José David, quien se siente motivado y satisfecho de poder trabajar con investigadores de trayectoria y en un tema que es de su interés como lo es el suelo.

Como resultado de su familiarización con el CIRA, el universitario prevé trabajar su tema monográfico enmarcado en el proyecto en el que está siendo parte. De manera extracurricular, continua su formación estudiando un curso en sistemas de información geográfica y programación en R y espera seguir sumando más experiencia y práctica que le permitan desempeñar un excelente trabajo en el futuro.

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